sábado, 23 de septiembre de 2017

Del conflicto catalán al 'Frente popular


Oriol Junqueras y Carles Puigdemont

 
Si busca estos días noticias de economía, déjelo. Los acontecimientos de Cataluña retrasan cualquier iniciativa empresarial hasta que escampe, así como las proyectos legislativos en marcha. Es lo que tienen los conflictos políticas, que si se prolongan traen aparejadas crisis económicas debido a la desconfianza que producen. Por eso es importante abordar una solución para el problema catalán en cuanto pase el 1-0, por la vía del entendimiento.

 

Rajoy está acostumbrado a dejar que los problemas se pudran y plantear una solución cuando no queda más remedio. Es lo que ha hecho en Cataluña. Esta semana ha puesto en marcha la maquinaria judicial de manera astuta. 
 
Los registros de sedes de instituciones catalanas el pasado miércoles y la detención de 14 altos cargos obedecen a una orden del titular del juzgado número 13 de Barcelona, Juan Antonio Ramírez.
   
 Se trata de un magistrado independiente, a punto de jubilarse, que va de la mano de la Fiscalía y, por ende, de la Guardia Civil. 
 
La declaración institucional del presidente incidió, por ello, en que España es una democracia basada en el Estado de Derecho, que se distingue por la separación de poderes, frente a un Cataluña que con la aprobación de las leyes de Ruptura y Transitoriedad se saltó todas las normas del Parlament y acabó con la fragmentación de poderes.


Las actuaciones judiciales van dirigidas a los altos cargos de ERC y PDeCat que participaron en la organización del referéndum y el desarrollo de las leyes de la República Catalana, para extender el temor entre el resto de colaboradores de la consulta ilegal.


Aunque no se descarta que en el futuro alcance al propio Puigdemont o a Junqueras y Forcadell, como dijo Rajoy en su declaración de esta semana, al advertirles de "males mayores", como su inhabilitación o el recurso al artículo 155 para tomar de manera temporal las riendas del Govern.


Los síndicos electorales y varios altos cargos han sido apercibidos con sanciones que van de 6.000 a 12.000 euros diarios por el Tribunal Constitucional, en lugar de con penas de cárcel, para evitar convertirlos en mártires. 


La estrategia de ir contra el patrimonio personal, ensayado con éxito con Artur Mas, se extiende ahora a sus secuaces. Las armas económicas sustituyen así a las penales. ¿Servirán estas sanciones de escarmiento para el resto de independentistas?


Es aún pronto para dar una respuesta. Puigdemont intenta dar la impresión de que es inmune a cualquier ofensiva. El referéndum es prácticamente imposible, al menos con las garantías necesarias para su reconocimiento internacional. 


 Puigdemont aprovecha cada intervención de las Fuerzas de Seguridad para llamar a la movilización y sembrar el odio a lo español. 


Es indudable que es su manera de ganar adeptos, probablemente para convertirlos en votos en las elecciones constituyentes, que se celebrarán tras el 1-0. El objetivo sería obtener una mayoría sólida para un Gobierno de PDeCat y ERC, que estaba en duda en los últimos sondeos.


La gran beneficiaria es Ezquerra Republicana, favorita en los sondeos. Con su líder, Oriol Junqueras, en el papel de víctima tras la detención de su números dos, Josep María Jové, y la del secretario general de Hacienda, Lluis Salvadó. 


Tras el 1-0 llegará la hora de la verdad. El PP teme que el tándem Puigdemont-Junqueras o sus sucesores, después de que sean inhabilitados, utilicen la movilización de la sociedad para acercarse a Podemos y el Partido Socialista de Cataluña (PSC) para lograr un referéndum legal. 


Tanto Pablo Iglesias como Ada Colau son favorables a este tipo de consulta y el PSC tampoco se negaría si tiene una base legal. 


Las conversiones entre los tres partidos pueden desembocar en la presentación de una moción de censura para derribar a Rajoy. Una vez en el Gobierno de España, sería más fácil promover la modificación de la Carta Magna para celebrar el referéndum con todas las garantías.


En Moncloa, desconfían hasta ahora de Pedro Sánchez, lo consideran capaz de cualquier cosa con tal de satisfacer su ansia de poder. El bloque constitucionalista está agrietado, como lo demostró la moción presentada por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en apoyo de la política de Rajoy, que obtuvo el rechazo de los socialistas. El líder de C'S metió la pata hasta el fondo.


Una de las víctimas será Albert Rivera, que perderá apoyos en Cataluña por su defensa del Estado, y aquí ante un Rajoy, que se revaloriza entre sus electores como el gran defensor de la unidad nacional.


El fantasma del Frente Popular, el pacto electoral firmado en enero de 1936 por Izquierda Republicana, PSOE, PCE, Poum (Partido Obrero de Unificación Marxista) y Esquerra Republicana de Catalunya ronda los pasillos de la Moncloa. 



De momento, Puigdemont ha logrado ya posponer los Presupuestos. El PNV quiere esperar un largo tiempo antes de dar su apoyo al PP, ante la posibilidad de que sus bases le exijan que siga los pasos de Cataluña. El lehendakari Iñigo Urkullu acaba de cambiar su discurso para pedir cosoberanía para Euskadi.


En el Gobierno ya se rumia un adelanto electoral a 2019, o incluso antes de esa fecha, si no logran pactar los Presupuestos, y, sobre todo, si Rajoy sale fortalecido del referéndum.


 Como prueba de sus intenciones, Montoro acaba de adelantar una subida salarial de en torno al 7% a los funcionarios para los próximos años y la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ofrece a los sindicatos medidas contra la temporalidad en las contrataciones laborales. 


Ambos se adelantan a Ciudadanos, para que no les arrebate la iniciativa ante los próximos comicios. 


PD.- La primera ministra británica, Teresa May, eligió la bella ciudad de Florencia, frente al Palacio de los Medici y a solo unos metros del David de Miguel Ángel para claudicar ante la denostada Unión Europea, a la que ofreció un Brexit suave con dos años de transición para negociar, en los que seguirá pagando sus cuotas y respetará los derechos de los europeos residentes en Gran Bretaña.


 Una decisión inteligente, alejada del populismo que solía practicar. La dulce derrota de May viene como anillo al dedo a Angela Merkel, que es favorita para renovar su mandato en los comicios de este domingo.






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